Sembrando Letras es una corporación cultural que se dedica a la promoción de la literatura principalmente local. Su gestión se traduce en la Feria del libro y sus oficios, que ya va por su séptima versión, con una convocatoria abierta. Esta instancia se abre a la comunidad, generando vínculos no solo en su comuna gestora, Los Andes, sino también extendido en el Valle del Aconcagua.
Piera Tacchini, parte de esta agrupación y apasionada por la literatura y el fomento lector, nos cuenta sobre su labor.
Piera, ¿cómo surge Sembrando Letras?
– PT: Había un señor dedicado a los libros, que llegó de Quilpué a Los Andes y abrió una librería. Hizo una convocatoria abierta y llegamos como 25 personas muy diversas a las que nos gusta leer. Ese fue el inicio y se nos ocurrió que podíamos hacer una corporación, formalizarnos. Hoy somos como 15 personas y trabajamos activamente 5, el equipo se expande cuando hacemos la Feria. Creamos una corporación cultural sin fines de lucro y hacemos autogestión, con especial foco en la feria literaria que realizamos en noviembre.
Cuéntanos más de ti también: ¿a qué te dedicas y cómo te relacionas con la literatura?
– PT: Soy escritora de literatura infantil y juvenil. De formación publicista, pero no ejerzo. Hago talleres de escritura creativa acá en Los Andes, en el Centro Cultural. Tengo dos libros publicados y ahora estoy desarrollando una novela gráfica con un amigo.
Siempre he escrito, pero nunca había hecho un libro hasta que una editorial de San Felipe me dio la oportunidad, comencé con unos cuentos infantiles. A raíz de Sembrando Letras, creamos varias editoriales, de cómics y de narrativa, dentro de las que está Ñirre, con quienes desarrollamos una novela infanto-juvenil. Así llegué a la literatura.
Y antes de escribir, ¿cómo nace este interés?
– PT: Quería ser profesora de lenguaje, pero no quedé y entré a publicidad. Soy bien lectora y siempre me gustó escribir, pero antes nunca fue algo formal. La literatura siempre ha sido mi pasión y con el tiempo fui tomando talleres y agarrando vuelo hasta publicar mis libros y dedicarme a dar cursos.
Quienes componen la corporación Sembrando Letras, se vinculan a las humanidades también, ¿qué tienen entre ustedes?
– PT: Somos varios escritores, uno de ellos es profesor de historia y otra profesora de inglés. Tenemos una fotógrafa, dos arquitectos – dueños de una editorial – un profesor de filosofía quien tiene la editorial de cómics y un diseñador gráfico. Tenemos y hacemos de todo.
¿Cómo se ha desarrollado la relación con la comunidad local?
– PT: Ha sido súper buena, por ejemplo, en el caso de la feria, siempre tiene un enfoque local, donde muestran su trabajo los escritores, las librerías, ese es nuestro máximo objetivo. Y conectarlo con figuras relevantes de la literatura, como este año con la escritora y poetisa Rosabetty Muñoz. También trabajamos con profesores y colegios, a través del concurso para niños y adolescentes desde los nueve años.. Se da una cosa bien bonita en torno a la educación.
Si bien su principal actividad es la feria anual, ¿qué otras cosas hace Sembrando Letras?
– PT: Bueno, está el concurso literario que convocamos antes de la feria, trabajamos en esto de junio a noviembre. También llevamos la feria a Calle Larga, y se transforma en un punto de encuentro lleno de actividades en las áreas verdes que la rodean. Ahí nos conectamos con músicos locales, esta vez serán tres bandas, además de los autores invitados con los que vamos tejiendo redes y alianzas, en especial con las comunas aledañas: Los Andes, San Felipe, Calle Larga, San Esteban, donde todos los habitantes están invitados y vamos fortaleciendo las colaboraciones. Bueno y en la feria se imparten talleres que siempre son distintos, poesía, literatura, gráfica, cómic y otros géneros. Incluímos otras disciplinas como la fotografía y la serigrafía que nos permiten posibilidades de publicaciones.
Sobre vivir en el Valle de Aconcagua, ¿cómo es el interés y qué dinámica se da, por ejemplo, cuando tienen estas ferias?
– PT: En estos 7 años que llevamos trabajando con las ferias, se han generado proyectos súper bonitos y están sucediendo cosas en las distintas comunas. Como los chiquillos de San Felipe, que están presentando un proyecto para hacer su primera feria. De algún modo nos ayudamos entre todos, entonces siento que hemos puesto semillitas en varias partes. Eso es bien bonito.
¿Cómo ves la literatura en la Región y cómo sientes que se desarrolla?
– PT: En el Valle de Aconcagua hay varios escritores. Pero, ¿sabes qué? La gente no tiene mucho interés en comprar literatura. Nos dimos cuenta en nuestro caso, que lo que más atrae es el concurso, por los niños. En la región hay una escena activa, varias publicaciones y lanzamientos, pero siento que falta más incentivo al consumo de obras de escritores locales.
Oye, Piera, ¿por qué hacer esto? ¿Por qué hacer el esfuerzo de autogestionarse por la literatura? Me puedo hacer una idea, quisiera que lo describieras para nosotros.
– PT: Primero porque amamos la literatura es lo que nos une en Sembrando Letras el amor por la literatura y los libros. También por la intención de hacer algo de calidad y brindar una actividad abierta a la comunidad, que sirva de vitrina y atraiga al público. Y, esto lo digo a nivel personal, siento que hay mucha gente que necesita un espacio y necesita pertenecer a algo. Es importante abrir los espacios culturales a la comunidad, donde la literatura se mezcla con la música y otras artes.
Por último, para cerrar, ¿cuál crees tú que es la importancia de la literatura para la vida de las personas?
– PT: Siento que la literatura es un refugio. Por ejemplo, la escritura terapéutica, es un espacio de contención, o, en los colegios la literatura es un lugar donde sentirse seguro. Me he dado cuenta que es una puerta abierta a otros universos. Te sirve para expresarte, o te introduce a temas valóricos o filosóficos. por ejemplo.
Yo empecé a leer libros de muy chica porque sentía que no tenía un lugar, me faltaba algo, entonces me pasaba todo el día en la librería y en la biblioteca. Yo pienso que eso es buscar refugio, un lugar seguro, mi espacio propio.