“Relegación” es la sentida instalación del artista Cristian Maturana Ortiz que abre sus puerta al público este sábado 29 de junio a las 12:00 hrs. en el Sitio de Memoria de la Ex Cárcel Porteña.

Durante un año el fotógrafo y artista visual estuvo viajando para visitar los principales destinos -y no todos- a los que distintos regímenes autoritarios en la historia republicana chilena decidieron trasladar forzosamente a personas con opiniones divergentes, para así aplacar la disidencia.

Al ser consultado por la relación de la relegación política y la geografía en Chile, Cristian Maturana Ortiz señaló que “ese es un tema de especial interés para mí, porque en realidad está sujeta a la destinación de personas, forzadamente, a lugares que son denominados zonas extremas; y esa denominación es súper centralista porque en verdad zonas extremas como tal no hay, pero son pueblos e islas principalmente que el poder central se encarga de mantener en permanente abandono porque así son vacantes para estos castigos: Pisagua, Pozo Almonte, Isla Quiriquina, Isla Dawson, Dalcahue y Quemchi en Chiloé, por nombrar algunos”. Y agrega “el poder se ve así mismo en el centro y con la capacidad de enviar a personas que piensan distinto a otros destinos extremos para aplacar la disidencia, transformándolas en seres excéntricos, pero a su vez vuelve a estos lugares en focos sociales de disidencias, por lo que con esa acción termina reforzandola”

Erick Fuentes Góngora, director ejecutivo (i) del PCdV al respecto indicó que “albergar esta muestra en la ex cárcel de Valparaíso es un acto simbólico que nos llena de sentido, pues la obra de Cristian resuena con este emblemático sitio de memoria de la región. Entonces el hecho de presentarse por primera vez al público aquí cobra un valor especial, no hay que olvidar que este espacio fue el principal centro de detención e interrogatorios de dictadura civil militar y que está emplazado en el principal puerto de Chile, hechos que configuran un escenario para que muchas de las personas que fueron regaladas en aquel tiempo, hayan pasado por aquí durante su presidio. La obra de arte así actualiza nuestra experiencia compartida como sociedad, promoviendo una reflexión sensible que repara en asuntos pendientes del país en memoria, verdad, justicia y reparación”.

Si bien la relegación política se presenta próxima por los procesos llevados a cabo administrativa y judicialmente por el régimen de Pinochet, asusta por su extensión, hacia el pasado y hacia el futuro, pues la medida sancionatoria se encuentra perfectamente vigente en nuestro Código Penal por una parte y, por otra, la recurrencia con que ha sido aplicada desde 1814 en nuestra historia, da cuenta de una preocupante regularidad y naturalización de este castigo que, además se somete normalmente a la categoría de “pena blanda”, aún cuando atenta contra la cercanía de los afectos, contra la unidad de la familia, principios que el mismo conservadurismo siempre preserva, pero que en muchas oportunidades ha destruído. 

La búsqueda del artista aborda sobre esos sentimientos y penas de un destierro dentro del propio país, dolor que ha sido subestimado en la construcción histórica de este territorio. El viaje largo, por medios tales como: barcos, buses, trenes y aviones, además de los propios pies permite comprender al menos en una pequeña medida, cómo se siente el extrañar en la distancia. La obra no pone el foco en la razón por la cual ha sido castigado el excéntrico, sino en su sentir en tanto condenado, ahondando sobre los factores reflexivos y contemplativos de quien entiende en el paisaje lejano, además de una fascinación estética, una triste imposibilidad de compartir el querer.

La instalación se traduce en múltiples registros de video que desarrollan esa vocación por hilar paisaje, horizonte, disidencia, pena y condena. Geografía, desplazamientos y afectos inmersos en una profunda valoración de la consecuencia ética y política. Pantallas, fotografías, instalación y textos componen la obra en sí, que se presenta desde este sábado 29 de junio al viernes 26 de julio en la Sala Laboratorio, ubicada en el tercer nivel del Edificio de Difusión del Parque Cultural de Valparaíso. La instalación es apta para todas las edades y de acceso liberado.