Desde el sábado 25 se está realizando una nueva edición del Festival de Arte Sonoro Tsonami, con programación presencial y radial disponible hasta el 1 de diciembre, en su décimo séptima versión. Siempre dedicándose a acercar el arte sonoro en sus diversas expresiones a las audiencias locales.

Hablamos con su director, Fernando Godoy, acerca de los distintos aspectos de realizar este evento de proyección internacional, de cómo se relaciona con el sonido y qué papel juega hoy la Radio Tsonami más allá del marco del Festival. 

¿Cómo se ha desarrollado este persistir y desarrollar el trabajo colectivo? Leía que han insistido en esto durante los últimos años y ha ido ganando fuerza la colectividad en la programación.

-El trabajo enfocado en colectivos artísticos, surge después de las ediciones 2019-2020, post estallido y pandemia. Esos dos momentos nos hicieron replantear las formas y estrategias del festival, ya que dejó de hacernos sentido repetir las estructuras de las últimas ediciones. Fue, en ese contexto, que sentimos que era momento de enfocarnos en lo colectivo por sobre lo individual, y esa estrategia la asumimos por primera vez el 2021. Desde entonces, la hemos ido desarrollando, lo que ha implicado cambios profundos en las formas de organizar todos los aspectos del festival, desde la producción y logística, pasando por la forma de articular y estructurar la programación, hasta la vinculación con los públicos. 

Hoy, el programa tiene una dimensión dual –radial/online y presencial– muy intensa, de 24 hrs continuas de transmisiones, al mismo tiempo que actividades presenciales, principalmente de los colectivos que vienen un mes a Valparaíso a desarrollar proyectos de vinculación con el contexto. Esta nueva estrategia, ha significado un poco de renuncia respecto de los públicos, ya que el festival tiene menos de festival y de evento, para centrarse más en procesos artísticos en la ciudad.

También, ¿en qué momento están con la radio? Hoy es una rama muy presente y autónoma de Tsonami, ¿cómo lo ves tú?

-La radio fue un proyecto que quedó de la pandemia, fue ahí cuando se dieron las condiciones para potenciarla. Fue una oportunidad para desarrollar la transmisión y lo radiofónico como material de producción artística, lo cual prácticamente no existía en el país en ese momento. La radio nos fascina, como posibilidad de experimentación y como fenómeno de transmisión es alucinante, y buscamos transmitir eso a artistas locales y nacionales para fomentar su uso y experimentación, sobre todo considerando que el rol de la radio en el país ha sido extremadamente limitado, salvo excepciones, y dejado en manos del mercado. En este sentido, radiotsonami.org ya tiene plena autonomía, funciona todo el año, pero es durante el festival que cobra mayor presencia. 

Personalmente, veo la radio y la transmisión como un universo donde hay mucho por explorar, con un potencial muy rico para la producción artística y la creación de alternativas a los usos tradicionales.

¿Cómo crees que las personas nos relacionamos con el sonido? En un sentido amplio.

-El sonido es parte de nosotros, de nuestra experiencia cotidiana, de nuestra forma de habitar el contexto, de navegar la ciudad, de vincularnos con el entorno. El sonido tiene un rol ecológico, más allá de nosotros, es una expresión de los entornos, y es una forma de relacionarnos con ese entorno. Sea de forma más o menos consciente toda persona -que no tenga problemas auditivos- tiene una relación profunda con el sonido. Basta pensar que los oídos no tienen párpados, que estamos las 24hrs, incluso cuando dormimos, escuchando, pero nuestro cerebro es un poderoso filtro que nos permite sobrevivir esa avalancha de información para enfocarnos. 

El sonido también nos ayuda a crear una imagen del espacio, nos sitúa donde sea que estemos. Además, el sonido es temporalidad pura, nos permite conectar con el lugar que habitamos. En este sentido, puede ser vivido como experiencia estética y contemplativa. Creo que a esto último se refería John Cage cuando decía que era tan musical lo que pasaba dentro de una escuela de música como el sonido de la calle que entraba por su ventana. Si comenzamos a poner atención, sin dudas que podemos comenzar a disfrutar esa parte de nuestra experiencia perceptiva, al mismo tiempo de hacernos más sensibles a cómo el sonido nos relaciona con el ambiente y es signo de su vitalidad.

¿Cómo te relacionas tú específicamente con el ruido y la sonoridad?

-Para mí, la palabra ruido no tiene una connotación necesariamente negativa, pero esto no significa que las ciudad no tengan problemas, muchas veces severos, de ruidos que afectan la salud de los seres que las habitan y su entorno. Pienso que el sonido no ha sido lo suficientemente pensado en el pasado cuando los espacios urbanos fueron creciendo y desarrollándose, lo que ahora genera efectos indeseables y muy difíciles de revertir. 

En lo personal, mi relación con el sonido intento que sea lo más consciente posible, siempre mi oído está disponible para escuchar y en general reparar cuando algo aparece en el horizonte. No obstante me gustaría tener más tiempo para poder entregarme a la escucha y disfrutar más del entorno sonoro, pero me considero un feliz escuchador.

¿Cómo es el mantener un evento durante tanto tiempo y de qué manera logran reinventarse?

-Creo que está en el origen del festival su vocación por no repetirse a sí mismo; su espíritu experimental, en el sentido de ir probando, explorando, sin miedo al fracaso, sin la intención de encontrar una fórmula exitosa para cristalizarla y repetirla hasta el infinito. Sin ese riesgo, no existiría Tsonami y sería otra cosa que no me interesa. 

Si lo miramos retrospectivamente, en 17 años, el festival al menos se ha reinventado 5 o 6 veces, de forma orgánica. Eso significa que intuitivamente se va adaptando y cambiando. Pensarse así, es también una especie de renuncia permanente, pero no tememos, al revés, sentimos que el proyecto Tsonami tiene la gran virtud de la libertad, de ser lo queremos que sea de forma honesta y no responder a presiones de ningún tipo, ni comerciales ni políticas.

Sigue su programación en @tsonamiartesonoro