Sabal es un proyecto musical que, desde Valparaíso, comparte una propuesta tierna, pensada, centrada en el cotidiano y en situaciones con las que todos nos podemos identificar. Ya estrenó su primer single del disco que se viene: Dar y Mirar.
Hablamos sobre todo este proceso que involucra sacar un single, sacar un disco y también tener un proyecto musical. Sabal está estudiando música y nos cuenta cómo han sido los vaivenes para poder enmarcar el proyecto actual. En sus palabras: “Este álbum debut es como un álbum de fotos, pero en canciones. Algo que uno abre y ve recuerdos de un periodo de la vida”. Los invitamos a leer.
Cuéntanos más de ti, quién eres, y cómo es que te relacionas con la Región.
– Sabal: Me llamo Sabal, nací en Rancagua. Hace tiempo que vivo en Valpo y me siento bien vinculado con la región, porque mi papá es de la región, y se fue a Rancagua por mi mamá que es de allá. Entonces, siempre en las vacaciones veníamos a ver a mis tíos, en Limache, en El Melón, Quilpué, así que siento una conexión. En algún momento de mi adolescencia noté que me sentía más en casa acá.
¿Y por qué te viniste a vivir a Valparaíso?
– Sabal: Me vine primero a estudiar. Estudié el primer año de música en el IMUS en la Católica de Valparaíso y bueno, ahí me fui por situaciones de salud mental. Después empecé a trabajar y me alejé un tiempo de la música, tuve un intermedio de hacer otras cosas. Estuve viviendo en Quilpué y tuve que volver a Rancagua un par de años para afirmarme.
Cuando lo hice, volví, y ahora empecé a estudiar de nuevo en Viña, también música en la Escuela Moderna, donde aprendo composición y tengo este proyecto de música, que es algo que habita en mí desde que soy chico.
Antes de esos pasos concretos hacia la música, cuéntame un poco del primer acercamiento que recuerdes con la música o qué piensas que te llevó a tener esta inquietud.
– Sabal: Recuerdo que los primeros acercamientos son como oyente. De chico escuchaba harto la radio, tengo esas primeras imágenes de estar calladito, poner la radio a bajo volumen en el living de la casa y escucharla toda la tarde. Me imaginaba a mí mismo cantando, lo que me daba mucha vergüenza.
Fui creciendo y mantuve eso, escuchando todo el rato música con audífonos y me daba una sensación de compañía, sentía que podía comunicarme con otras personas y otras emociones, y eso me parecía muy interesante: explorar muchas emociones distintas escuchando música.
Escuchaba mucho Miranda!, porque eso era lo que ponía mi hermana. Todavía estoy obsesionado con el como pop y drama. Después me acuerdo que tenía unos discos que me regaló mi hermana, un disco de Javiera Mena, Esquemas Juveniles, que había salido recién. Ahí estaba conectando con estas distintas emociones y eso me parecía muy genial, pero no me imaginaba cantando por mi timidez.
Ya en la adolescencia, vivía en un lugar más rural y empecé a tener estas emociones propias más fuertes, rabietas adolescentes, y había una guitarra en la casa. Creo que esa fue la primera vez que me sentí conectado con un instrumento. Solo sabía tres acordes, los más básicos y me quedé solo tocando eso mucho rato y en algún momento, ya no estaba enojado… me ayuda a regularme a mí mismo, en el fondo.
¿Qué sentías en esos años antes de estudiar música, mientras descubrías esta conexión que comentas?
– Sabal: Que me hacía sentido hacer música, de verdad me hacía sentir feliz y me daba vida. Intenté dedicarme a diferentes áreas y siento que no me quedó mucha alternativa, que era algo corporal que me generaba rechazo si estaba prolongadamente dedicándome a otras cosas. Me dediqué a buscar un oficio y empecé a ver temas de trabajo con plantas en un momento, con extractos naturales de fitoterapia y fitocosmética que es muy lindo. Lo sigo haciendo ocasionalmente.
Volvamos al presente. ¿Cómo es que tu vida ha ido cambiando con estas decisiones? ¿Qué involucra el decidir embarcarse en este camino que tiene relación con la música?
– Sabal: Hoy siento que decidir dedicarme a la música es tratar de generar la mejor versión de mí mismo, porque se necesita mucha constancia y mucha disciplina. Siento que estoy en ese proceso todavía, tratando de sembrar en mi cuerpo las cosas que necesito para poder hacer bien este oficio. En paralelo igual voy gestionando proyectos, porque una cosa es lo que uno estudia y otra es lo que uno va creando.
¿Qué redes te ha permitido vivir en Valparaíso? ¿Con quienes trabajas y colaboras?
– Sabal: Creo que la primera colaboración importante que hubo fue con el Balmaceda Arte Joven, que entré en el Laboratorio de Producción Musical, y eso fue bacán. Ahí me reencontré con un amigo de infancia, que no estábamos hablando ese año y empezamos a tocar juntos en vivo y tal, y conocimos a otras personas, muchas de ellas que pertenecen al sello Leviatán, en el que estoy. Todo generó una red donde todos tocan en las bandas, y todos ayudan con todo. También comencé Pablo “Maletas” (Rodríguez), que tiene su agencia y Pablo se ha puesto modo manager. Eso es buenísimo, porque yo todavía no soy tan bueno para las cosas burocráticas y él me guía en ese sentido.
Voy a ir un poquito más a la música que haces. En tus palabras, ¿qué destacarías de tu propuesta musical?
– Sabal: Es un proyecto que todavía está en formación. Este es el primer disco y yo siento que es muy exploratorio. Lo que salió es una canción muy pop, indie pop, pero hay otras canciones que son muy folk, otras que agarran como elementos del jazz, otras más rock pop, y eso igual está entretenido.
Siento que es una propuesta accesible, porque las letras son muy sencillas. Me parece increíble la gente que hace eso, sólo que yo no soy poeta, entonces voy al cotidiano. Espero que la gente se pueda acompañar con las cosas que yo hago, siento que todo es bastante ligero, excepto algunas canciones que son más tristes.
Musicalmente, ¿en qué proceso estás de Dar y Mirar, el disco que se viene?
– Sabal: Actualmente estamos terminando la producción, viendo detalles, y ya se va mezcla y máster. En el disco en particular, destaco que hay múltiples colaboraciones con intérpretes de instrumentos que yo no domino. Han tocado varios instrumentistas, bateristas, un trombonista muy seco. También estoy trabajando con un productor, Iván González, un guitarrista muy bueno, quien ha aportado mucha pulcritud con sus guitarras e ideas de arreglos melódicos.
En cuanto al aspecto técnico, ha sido súper fuerte de vivir el estoy grabando el disco mientras estoy con un proceso de cambio de voz, por un tratamiento hormonal de transición, entonces igual es intenso, porque yo hice todas las maquetas del disco con una voz, a guitarra y voz, que ahora cambió. Ha sido un tema técnico al que me he enfrentado, en casos no grabando esas voces de nuevo, haciendo un collage donde las voces antiguas quedan más arriba armonizando y hago otra como más grave por abajo. Resolviendo según la canción.
Detengámonos un momento en el disco y sus temáticas: ¿qué podemos encontrar en él?
– Sabal: Siempre que hablo de esto, pienso en los álbumes de canciones como los álbumes de fotos. Algo que uno abre y ve recuerdos de un periodo de la vida. Este álbum debut es como un álbum de fotos, pero en canciones, donde está plasmado mucho este proceso de transición, y me gusta que lo sea, porque para mí es muy delicado el haber tomado la decisión de hormonarme cuando me dedico ahora a cantar.
Dar y Mirar es el nombre de una canción del disco, pero también lo resignifiqué, ya que este primer disco es muy debut en todos los sentidos para mí, quiero entregarlo y ver qué pasa también, cómo lo recibe la gente. Compila una selección de las primeras canciones que compuse.
Lanzaste un primer single que ya está en YouTube, ¿cómo fue ese proceso?
– Sabal: Es una producción que está a cargo de Mario Gonz Cortés, otro artista trans masculino, camarógrafo, quien tiene un ojo muy bueno y lo cachaba por la comunidad. Él hizo el trabajo de cámara, de dirección, de montaje, y fue un trabajo muy nutritivo. Buscamos un mínimo de equipo: tengo una amiga que hizo un curso de maquillaje, entonces la llamé. Maletas hizo como de producción logística, porque es muy bueno como de pensar en lugares y cosas, como una persona que soluciona mucho, y estuvo la Alondra Noctvrna que también es de Leviatán, quien estuvo haciendo dirección de arte, y bueno la idea nació del featuring con la Fran del Gemeleste, mi mejor amiga y somos muy cercanos, de hecho jugando en la casa como que se le ocurrió este video que podría ser en la playa, con instrumentos de juguete, tener flotadores de patitos y todo lo que se ve en el resultado.