Volver a lo ritual, al origen, las raíces, el sonido, la expresión del cuerpo. El alma se suma pronto a esta meditación en movimiento, generando un espiral de vibraciones volcánicas. Un torrente energético que nace sin restricciones de significación.

Se trata de la performance sonora “Ecos en la piel”, de la artista multidisciplinar Ana Blanchard y Rodrigo Ríos, artista sonoro. Ana expuso en la Galería de Artes Visuales del Parque Cultural de Valparaíso, la obra “Tu cuerpo es signo del que brotan conjuras”, con gran recepción de la comunidad que se sumergió en las profundidades significantes de los símbolos de la naturaleza y lo humano. En esta performance, se sumó el video, el sonido y la conducción sabia de quien supo encaminar el espíritu a nuevos niveles de conciencia, por medio de vibraciones que reberberaron en el espacio expositivo.

Capturas y activaciones del cuerpo

Lo explica Ana Blanchard: “durante el proceso de investigación creación, me sumergí en el inconsciente, en procesos terapéuticos de constelación para llegar a la raíz misma y más atrás, viajes meditativos, encuentros, reencuentros y conexiones profundas, aproximaciones sensibles que aprendí y sigo aprendiendo de la práctica de taichi y danza butoh, conocimientos que fueron puestos en práctica al momento de interactuar con la obra instalativa en su totalidad. Fue un recorrido bello y mágico, de muchas vivencias y experiencias que fueron capturadas en la memoria del cuerpo, acciones accionadas por sonidos de mar, por ecos de animales marinos y más, puestos en diálogo, activando finalmente toda la instalación y también la propia cuerpa, me dejé llevar, me entregue sin pensar, simplemente fui, fluí, deje de ser para realmente sentir y estar. La performance de cierre fue la apertura hacia nuevas preguntas, procesos, conexiones y aproximaciones sensibles.”

La obra mayor de Ana Blanchard en el Parque Cultural funcionó como un gran abanico conceptual de lo que la artista nos propone; mirarnos, pensarnos, preguntarnos y deslizarnos a las aguas más profundas de nuestra esencia, buceando en lo que buscamos, lo que nos exigimos, lo que nos gritamos a través del arte.

Terminar un proceso, partiendo un nuevo ciclo

Por ello se suma en una continuidad artística, filosófica y estética estas propuestas performáticas, que dada la recepción y la secuencia creativa seguirán en los próximos meses: “Esta es una etapa de un proceso más largo y cíclico también, que se va a extender en el tiempo y traspasará fronteras”.

Sonido, algas, ballenas

La intervención de Rodrigo Ríos funciona con una complicidad única, como señala “fue súper buen compañero, nos entendimos al tiro, me leyó muy bien y no solo amplificó y sacó notas y sonidos desde lo táctil al cochayuyo, también esta improvisación fue una performance muy desde lo ritual, con cruces de memorias y procesos profundos, el resultado fue la puesta en escena de un rito de transmutación, para mi Rodrigo hizo el papel de un chamán. De todas maneras seguiremos trabajando juntos, hicimos excelente conexión y dupla creativa.”

Rodrigo Ríos Zunino se dedica al arte sonoro y a las artes mediales, explica su proceso en este gran viaje que nos embarca la artista. “Nos conocimos con Ana hace muy poco, yo justo tengo un trabajo con algas que está en el Museo de Historia Natural de Santiago, que fue una invitación que me hizo la Fundación Mar Adentro y ahí también desarrollé un dispositivo en el que hago también vibrar las algas con hilos, con un método de transducción táctil indirecta y el rol que desempeñé fue básicamente el de sonificar esta performance y bueno, ser uno más de los performers. Parte de lo que yo hago, particularmente, requiere de movimiento, de activación de piezas, de mover cosas, es como un poco más dentro de la lógica de una mixtura entre arte sonoro, performance, arte contemporáneo, entonces venía súper bien también el hecho de poder interactuar con la instalación.”