Fotografías de: Fiona Kemper
Como una manta y un té tibio se siente Casa Bohemia, el primer LP de la banda Hemiola, quienes son oriundos de San Felipe y buscan expandir sus horizontes y llegar a más oídos. ¿A qué suenan? Tienen algo particular, de suavidad y ruido al mismo tiempo que me llama la atención.
Son 10 tracks que nos llevan a deambular por escenarios conocidos, cotidianos, que habitamos entre el ritmo de las ciudades, diversas en cada Región. Quizás, podríamos decir que de San Felipe hay algo de esto en ellos: un ritmo, un paso que me proyecta en el escenario actual, de junio. La lluvia afuera, en el suelo de la calle las hojas tiradas con sus colores y crujencia. Un ambiente propicio para la reflexión.
Nos conectamos por Meet con Felipe Flores y Benjamín Brita, ambos son los compositores del proyecto Hemiola. Son 8 músicos y música unidos por este mismo interés y quehacer, quienes nos presentan una propuesta amena, sentida, hecha con cariño y calidad.
Conozcamos más de quienes son y por qué los debes escuchar:
Vamos al grano: cuéntenme su historia
La banda se formó en el contexto del Estallido Social, durante unas reuniones de amigos que se organizaron en ese momento. Yo salía con un grupo y, a través de conocidos, conocí a Felipe. Nos unimos debido a nuestras inquietudes musicales en común. Tenía ganas de hacer algo y al inicio fue algo muy intuitivo, pero luego se convirtió en nuestro proyecto musical actual. Se transformó.
Felipe: Como dice Benjamín, esto ocurrió en 2019. Nos juntamos en la Alameda a tocar durante una marcha, donde nos conocimos por primera vez. Ahí acordamos reunirnos y hacer una invitación con guitarra. Cuando llegué, había diversos músicos con sus instrumentos. Así se fue forjando la idea. Durante algún tiempo no tuvo nombre, pero para finales de ese año comenzamos a tocar en San Felipe, de dónde venimos.
Fue ese mismo año, en diciembre, cuando también iniciamos una campaña de crowdfunding a través de Catapulta.me, en la que levantamos recursos para iniciar y grabar nuestros primeros dos EP y así formalizar el nacimiento de la banda como Hemiola.
Ustedes están en Santiago, pero como cuentan, son de San Felipe
Felipe: Si, viajamos a tocar, estamos repartidos entre San Felipe y Santiago, que tampoco están tan lejos, resulta cómodo para trabajar el proyecto en la capital.
¿Cómo viven San Felipe? Desde el sentido de un proyecto musical.
Felipe: Bueno, San Felipe es una ciudad pequeña, tiene 70.000 habitantes, y es muy de tránsito entre Argentina y Chile. Si bien tiene muchas sedes de universidades, la población es mayor. Y se ha ido desarrollando, pero culturalmente es una ciudad hogareña, no de salir mucho, es más conservador el ambiente. Muy tranquilo, lo que genera que haya muy pocos espacios para tocar, a diferencia de Quilpué o VIlla Alemana que tienen varios locales.
Benjamín: La verdad es que no hay privados que potencian o se dedican a los eventos y a la música.
Felipe: Igual en el Valle de Aconcagua hay muchos festivales importantes de verano, donde en verdad todas las bandas locales quieren tocar y por ende, se compite de algún modo. Aparte de eso no hay mucho movimiento de música en vivo, lo que hace difícil ganarse un espacio. Nosotros ya vamos a cumplir 5 años y no hay muchos lugares donde podamos tocar. Nuestro propósito hoy es migrar a la capital donde la escena músical indie es más como nosotros.
¿Cómo fue ir encontrando su sonido?
Benjamín: Al principio teníamos un plan de estilos de música que queríamos tocar: samba, boleros, chacarera, muy acústico y tranquilo. Después le dimos libre albedrío a las composiciones, donde nos dimos cuenta que nuestra música nos llevaba a algo más rockero, con otra intencionalidad más ruidosa, sin perder lo reflexivo de las letras. Creo que cuando empezamos a abrirnos en este sentido, todo se mezcló hasta llegar al sonido, que se representa en el nuevo disco que tenemos.
Felipe: El sonido también está más desarrollado porque la producción del álbum la hizo uno de los integrantes de la banda, Emiliano Urbina (guitarrista melódico) de Instinto Music, que es de San Felipe y tiene una sede acá en Santiago, coproducido por Pepe Decal y Pedro Gutiérrez. Creo que el hecho de que Emiliano hiciera esto ayudó al tránsito para que la mezcla de influencias de cada uno encontrara un sonido con más presencia y carácter. Ahora el álbum tiene una propuesta musical más definida, como menciona Benjamín, con mucha más identidad.
Además, ¿cómo definieron las temáticas y las letras que componen?
Felipe: Compartimos con Benja lo melancólico y nostálgico, pero desde puntos de vista distintos. Benja es mucho más citadino y las imágenes que evoca son muy cotidianas. Mis canciones por otro lado son más reflexivas, llamando a la introspección y en un tono más personal. Lo que tenemos en común es el letargo de la letra, esa misma sensación que se transmite con nuestro entorno.
Benjamín: Creo que la cuota melancólica es algo clave. Aparte, somos muy melodiosos, intentamos meternos en el oído del oyente y que nos recuerde algo, más allá de nuestra letra.
¿Cómo ha sido el trabajar con tantos integrantes de la banda?
Benjamín: Es muy difícil, somos ocho miembros, por lo que hay que ser fríos y verlo con rigurosidad, pero tampoco transformarlo en algo tedioso.
Felipe: Después de lanzar los dos primeros EP, fuimos a Buenos Aires. Ahí nos quedamos en un Airbnb que se llamaba “Casa Bohemia”, lo que inspiró el nombre del álbum. Después de esa sesión, al regresar a Chile para grabar el álbum, nos encontramos en procesos complejos para cada uno de nosotros. El 2022 fue un poco difícil en ese sentido. Las relaciones se fueron afinando y el compromiso de cada integrante se renovó, lo que hoy nos permite tener otra energía y una visión de futuro más clara, proyectándonos y empujando el proyecto hacia adelante. Es difícil sostenerlo, pero nos llevamos bien y eso hace que el trabajo dentro y fuera del estudio sea agradable. Nos permitimos espacios para bromear, pero también para trabajar y avanzar.
Benjamín: Tenemos un rumbo más claro.
¿Para ustedes qué hay detrás del impulso de trabajar en música?
Benjamín: Creo que lo primero es convencerse, atreverse y ese impulso te puede pillar en cualquier momento. Para mí fue cuando estaba saliendo de cuarto medio, con la decisión de estudiar y dedicarme a la música. El momento no es tan trascendental como la decisión de “voy a hacerlo”. Pienso que para llevarlo a cabo hay que ser ordenado, siempre teniendo claro que es difícil, pero uno puede usar sus herramientas para salir adelante.
Felipe: Desde mi punto de vista, hay una necesidad de querer cantar y decir algo, de hacer música, pero luego está la decisión, como dice Benja, de dedicarnos a eso y no dejarlo como un hobby. Las artes siempre pueden ser un pasatiempo o algo paralelo, no todos optan por desarrollarse profesionalmente. En nuestro caso, independientemente de si estamos o no en Hemiola como proyecto, nos damos cuenta de que nuestro trabajo tiene proyección si tomamos acciones ordenadas. Queremos hacer de la música nuestra vida, y de hecho ya lo es: vamos a grabar, siempre estamos conociendo a otros colegas, y bueno, estamos “lidiando con las consecuencias” de esa decisión. Me recuerda a una entrevista de C. Tangana en la que dice: “La gente dice que tengo un éxito muy explosivo, pero llevo haciendo música desde hace 10 años y soy exitoso desde hace 3” o algo así. El resto no se ha visto, y eso sucede. Por eso hay que tomar la decisión, disfrutar los pros y los contras de ser músico y luego insistir y confiar.
¿Y qué es lo más lindo para ustedes de este oficio y profesión?
Benjamín: Son muchas sensaciones. Me acuerdo cuando escuchamos el primer tema que grabamos, llamado “Robo”, y fue súper emocionante. Pero también cuando hicimos la pre-escucha… todas esas cositas enriquecen el alma. La vida del músico no es solo lo que uno ve en el escenario; hay otros momentos hermosos fuera de él. Está la oportunidad de reencantarse con algo, de reencontrarse con algo. Podría estar horas hablando de eso.
Felipe: A mí lo que me gusta es el proceso de desarrollar una canción. Escribirlo y tener este hijo, pero después uno lo lleva a la sala de ensayo y se nutre de las visiones de los colegas. Luego en el estudio es otro proceso creativo y me gusta apreciar ese trabajo que es súper paulatino, que se termina de concretar en los lanzamientos e interpretaciones en vivo, que son la raja. Estar ahí, conozcan o no tus canciones y que se identifiquen, es bacán. Llena el alma. De lo más bonito que tiene la música: la satisfacción inmaterial que entrega.
Es divertido también ir descubriendo los personajes de la música y encontrando sintonías.
También quería saber acerca del proceso creativo al que te refieres, ¿cómo es para ustedes, de qué etapas se conforman el proceso?
Felipe: En primer lugar, en el caso de Benja y yo, que somos quienes componemos, lo hacemos de forma independiente. Ahora hemos intentado juntarnos a trabajar, pero en el caso del álbum “Casa Bohemia”, teníamos muchas canciones antes de decidir cuáles iban a entrar al álbum. Eran unas 18 canciones que fuimos decantando. A medida que íbamos escuchando los arreglos, nos dimos cuenta de que queríamos que el resultado fuera más ruidoso, más rockero, por decirlo de algún modo. Porque, como te decía, comenzamos súper acústicos, cantando bolero, pero luego incorporamos la batería y, por ende, la guitarra eléctrica, lo que a su vez desarrolló otro lenguaje posible. El terreno era otro. Dijimos “queremos caminar en esta dirección” y fuimos en esa dirección.
Entonces, primero componemos, luego eso se nutre del colectivo de la banda, donde cada uno tiene influencias bien distintas, por lo que es como meter todo a la juguera, un misceláneo. Finalmente, Emiliano Urbina es quien fusiona, desde la producción musical, la intención que nosotros tenemos a través del trabajo digital que se puede hacer.
Felipe: No es que el disco tuviera un concepto inicial, sino que fue un proceso un poco inverso. Teníamos mucho material y seleccionamos las canciones que nos brindaban una identidad. Luego, poco a poco, fuimos descubriendo qué podíamos decir en torno al conjunto de temas, con ese tono nostálgico que habla de la modernidad… por vivir actualmente en una gran ciudad, teniendo esta melancolía que te da la contemplación campesina de San Felipe, donde todo es muy tranquilo y sin ruido, como decíamos.
Ahora están promocionando Casa Bohemia, ¿cuándo tienen fechas?
Felipe: La próxima fecha es el 4 de julio en Valparaíso, en La Morada Bar. Será un formato acústico con 4 de nosotros, tocando un poco de nuestros primeros EP y otras canciones que no están publicadas, boleros y vals peruano, en ese ambiente. Además tendremos algunos temas de Casa Bohemia en formato acústico, en esa fecha estaremos con Sofía Lagos. Eso por ahora.
En noviembre estaremos en Matucana 100 con la banda completa, con más sorpresas en un show más grande.