Por: Valentinne Rudolphy
Carlos Tromben es un autor ya con amplia trayectoria que fue nacido y criado en la Región de Valparaíso, donde sigue residiendo hasta el día de hoy, con idas y venidas de por medio. Se ha dedicado durante años al periodismo investigativo con interés principal en algunos asuntos económicos de la reciente historia nacional.
Actualmente está promocionando “Baquedano” y ad portas de comenzar el lanzamiento de “Allende”, además de que se encuentra con su pareja gestionando un proyecto editorial, Rocamar Ediciones.
Sobre contingencia, escritura, procesos creativos y la Región hablamos con él:
¿Qué es lo que te interesa a ti de la literatura?
-Llevo publicando más de 20 años, pero me demoré muchos años en concretar una publicación. Soy Ingeniero Comercial, entonces los primeros años me dediqué a otros desafíos profesionales, sobre todo al periodismo económico. El publicar para mí es fundamentalmente un medio de ganar libertad personal y a la vez instalar o desarrollar ciertos temas que para mí eran importantes, que arrastraba desde la infancia, como el Golpe de estado, el poder, las personalidades divergentes y fracturadas. Eso me motivó a escribir: buscar otra forma de vivir y ganarme la vida.
¿Escribías desde joven?
-Sí, desde el colegio.
¿Cómo conviven la escritura y el periodismo?
-Precisamente en la misma escritura conviven estos dos mundos, porque el periodismo es una forma de ella basada en las herramientas narrativas junto a otras de documentación. Yo abordo esta investigación a partir de temáticas locales, chilenas, relacionadas con lo financiero. A veces uso la ficción, donde uno puede viajar un poco más. En este sentido, ambas áreas han convivido en mí. Hoy salí del área económica como analista y de los medios de comunicación también. Me vinculo desde otra vereda, a través de los libros de investigación.
¿Cómo es el proceso para ti de crear un libro?
-Hay un conjunto de ideas o personajes y situaciones que me dan vuelta, o yo doy vuelta en torno a ellos. Por ejemplo, ahora el tema de los 50 años del Golpe. Siempre se están cumpliendo ciclos y yo estoy siempre atento a eso. Pero a veces hay situaciones o personajes que te llaman la atención. Durante el Estallido Social, un elemento que era sumamente esencial era el caballo de la plaza, en este caso, de Baquedano, que adquirió un rol especial. ¿Por qué el caballo? Yo tiro de ese hilo, y al hacerlo, vemos que representa a un proceso político anterior de hace más de 100 años, y ahí hay coincidencias históricas interesantes. De ahí saqué una idea para la novela “Baquedano”, por ejemplo.
A partir de una imagen, doy paso a una investigación, creando personajes históricos o ficticios que se refieren a ese momento.
¿Actualmente estás trabajando en un libro?
-Siempre. Porque si no estoy escribiendo, estoy promocionando, o en alguna parte del proceso. En este momento estoy en la previa de la novela Allende que saldrá en agosto en Chile, en septiembre en España y en diciembre en México. Eso es sobre la época de Allende y ya está editado y diagramado, pero viene la instalación del libro, que es tan importante como el proceso previo.
Luego, viene otro libro de no ficción con personajes reales, algunos con nombres cambiados, que son personajes del lado b de la historia y de ahí se desarrolla una investigación también. Pretende correr ciertos velos acerca de algunos temas de la historia nacional.
¿Cómo es publicar estas temáticas con las que trabajas? Son temas que llaman la atención.
-En verdad en cuanto a mis libros relacionados a los temas económicos, hay un público muy interesado. Nunca he tenido algún problema con una publicación, porque trabajo mucho las fuentes, el archivo, dejar claro lo que es hipótesis y cuáles son los hechos. Soy un periodista de oficio, por lo que hay rigurosidad en este trabajo, pero a veces se generan polémicas, es inevitable.
¿Qué es lo que te interesa de la no ficción o te interesa ir probando distintos estilos?
-Me gusta la idea de máquina del tiempo a través de la literatura, ir a espacios o edificios o momentos que ya no están hoy. Es el tema de la memoria, me parece muy bonito. Quisiera casi que crear una realidad virtual de un Chile que ya no existe, y ojalá que las generaciones actuales enganchen con eso, que digan: este es el país en el que vivió mi papá o mi abuelo. También hago mucho eso en la ficción, como mostrar Santiago en los años 20, entre otras cosas.
¿Qué te interesa a ti de la literatura?
-Soy un pésimo lector, debo reconocerlo, hago zapping de libros. Los dejo a la mitad, y después los retomo – o no. En ese sentido, hay mucha lectura técnica, como ensayos de economía política que leo más en digital en el Kindle. Y en otras ocasiones leo novelas, me guío por reseñas o por los boletines informativos. Hay pocos libros que he leído de corrido, como Mala letra de Álvaro Bisama, entre otros. O me pego con poesía, que te vuela un poco la cabeza y las manos, te deposita cierta magia literaria.
¿Cuál es tu visión del territorio?
-Sí, yo soy de Valparaíso, estudié en la PUCV, lo conocí de niño, de adolescente, fui papá en Valparaíso… he ido y vuelto muchas veces. Me considero una persona de la Región, creo que tengo identidad regional por el ritmo de la vida. Es evidente que acá hay otra velocidad que en Santiago, donde también viví muchos años. Acá tenemos buena calidad de vida. Y creo que por una parte está la ciudad, y por otra la Región. La Región es lo que a mí me cautiva, con los diversos litorales, con el interior, aunque conozco más la costa. Mi relación con el territorio es de puro amor e identidad, aunque no he escrito mucho de aquello.
Por supuesto que falta mucho por hacer en cultura, hay cosas que se pueden echar de menos en ese sentido, en el creativo, pero es un entorno muy propicio precisamente para crear, para las ideas y la reflexión.