El taller ha estado activo durante los últimos quince años, enfocándose principalmente en la restauración de inmuebles antiguos, haciendo uso de madera reciclada y tierra. El director del taller, Tomás Elizalde, se ha especializado en la restauración de quincallería y herrajes antiguos. Además de la restauración el taller también se ha dedicado a la fabricación y diseño de muebles con técnicas tradicionales. 

Sus proyectos han involucrado diversas técnicas de restauración y han permitido al taller adquirir experiencia en la preservación de elementos arquitectónicos como baldosas, cielos, policromía y otros detalles históricos. 

Entre sus trabajos más destacados se encuentran la restauración de edificios emblemáticos en Valparaíso, entre los que destacan el Hotel Fauna, un restaurante y una panadería antigua en la calle Urriola. En cada proyecto, se han utilizado técnicas especializadas para preservar y resaltar los elementos arquitectónicos históricos. Estas técnicas incluyen la restauración de herrajes antiguos, la detección de patologías, el diseño y fabricación de muebles, entre otras.

El taller tiene la capacidad de realizar diversos tipos de encargos en diferentes escalas. Sus encargos más habituales incluyen la restauración de objetos como cajas metálicas, diseño y fabricación de mobiliario, así como diagnósticos e intervención de patologías en inmuebles antiguos.

El taller opera de manera independiente y cuenta con un equipo de personas que colaboran en proyectos específicos. Aunque la base del taller se encuentra en un espacio personal, se realizan despliegues en las obras donde se monta un taller temporal. El restaurador se encarga personalmente de la intervención de elementos que requieran mayor cuidado en su taller, teniendo también la capacidad de trabajar in situ con elementos de mayor escala, incluyendo la instalación de lámparas y otros elementos restaurados.

La motivación detrás del trabajo de preservación del patrimonio en este taller es la valoración y aprecio por la historia y la cultura que representan los edificios y elementos arquitectónicos antiguos. El restaurador se siente comprometido con la conservación de la identidad de una ciudad y la importancia de mantener vivos los testimonios del pasado.

El equipo del taller entiende que la restauración patrimonial va más allá de una simple tarea técnica; es un acto de responsabilidad y amor por el legado de generaciones anteriores. Consideran que cada edificio o elemento histórico restaurado es una forma de preservar la memoria colectiva y transmitir conocimientos y valores a las futuras generaciones.

Además, la restauración patrimonial también es una oportunidad para revitalizar y embellecer espacios urbanos, aportando a la revalorización de una ciudad y generando un impacto positivo en la comunidad local. Se enorgullecen de contribuir al rescate y puesta en valor de edificios históricos, permitiendo que sean apreciados y disfrutados por las personas en la actualidad.