La experiencia de Héctor Millán se remonta a generaciones anteriores, comenzando con su abuelo, quien fue restaurador. La familia ha estado involucrada en la restauración durante décadas, transmitiendo sus conocimientos y habilidades de generación en generación. Aunque no se cuenta con documentos formales que respalden esta trayectoria, su trabajo se ha forjado a través de la práctica y la experiencia adquirida a lo largo del tiempo.
Ofrece una variedad de servicios de restauración patrimonial, centrándose principalmente en la restauración de iglesias, casonas antiguas, hospitales y cementerios. Su experiencia abarca la restauración de elementos arquitectónicos como arcos, cúpulas y muros en mal estado. Ha trabajado en la restauración de monasterios antiguos y también ha llevado a cabo importantes proyectos de restauración, como la cárcel de Serena, la iglesia de San Francisco de Barón en Valparaíso y la iglesia de San José de Chimbarongo.
En sus trabajos de restauración emplea una variedad de técnicas tradicionales. Esto implica el uso de materiales originales siempre que sea posible, como tierra, cal o cemento, dependiendo de las técnicas constructivas históricas utilizadas en la estructura original. La prioridad es mantener la autenticidad y la integridad del patrimonio restaurado, evitando el uso de técnicas modernas que no cumplan con la misma función o materiales incompatibles.
Tiene la capacidad de realizar proyectos de restauración de diferentes escalas, aunque prefiere trabajar en proyectos por contrato. Algunos de los encargos más habituales incluyen reparaciones de arcos, muros en mal estado y calzaduras en muros a punto de colapsar. Su enfoque principal es la obra gruesa y han sido contratados para restaurar edificios completos en algunos proyectos.
Héctor Millán trabaja de manera independiente y no está asociado con un grupo de trabajo permanente. Sin embargo, cuando se presentan trabajos dentro de empresas que requieren habilidades especializadas, como la reparación de arcos o cúpulas, es contratado por ellas para asumir estas tareas de mayor complejidad.
La motivación detrás del trabajo de restauración patrimonial es profunda y arraigada en la tradición familiar. Héctor ha heredado la pasión por la restauración de sus ancestros y considera que preservar el Patrimonio Cultural es una tarea valiosa y significativa. La restauración permite rescatar y revivir edificaciones y elementos arquitectónicos que poseen un valor histórico y cultural, contribuyendo así a la identidad y memoria colectiva de una comunidad.